Otro de los ejemplos de colaboración con los nazis fue
protagonizado por el sionista húngaro Rezső Kasztner[1],
vicepresidente de la Organización
Sionista de Hungría entre 1943-1945.
Kasztner y otros miembros sionistas del “Comité de
Ayuda y Rescate” colaboraron con las SS para convencer a los judíos húngaros de
abordar los trenes con destino a Auschwitz, voluntariamente, diciéndoles que
iban a ser llevados a Kenyérmező, sobre el Danubio, desde donde serían
reubicados en puestos de trabajo en diversas fábricas y campos de labranza. A
través de este engaño por parte de sus propios líderes, los judíos húngaros
arribaron a Auschwitz, entre el 15 de mayo y el 7 de julio de 1944, sin oponer
ninguna resistencia. Allí serían masacrados. Esto fue denunciado, entre otros,
por el eslovaco judío sobreviviente de Auschwitz Rudolf “Rudi” Vrba
(1924-2006).[3]
“Este doctor Kasztner… era
un joven aproximadamente de mi edad, un abogado frío como el hielo y un
sionista fanático. Él aceptó colaborar para evitar que los judíos resistieran
la deportación —e incluso para lograr que mantuvieran el orden en los campos de
agrupación— si yo miraba hacia otro lado y permitía que unos pocos cientos o
miles de judíos jóvenes emigraran ilegalmente a Palestina. Fue un buen negocio.
Por mantener el orden en los campos […] En
realidad, había una gran similitud entre nuestras actitudes en las SS y el
punto de vista de estos dirigentes sionistas inmensamente idealistas, que
estaban librando la que podía ser su última batalla. Como le dije a Kasztner:
‘También nosotros somos idealistas, y también nosotros tuvimos que sacrificar a
nuestra propia sangre antes de llegar al poder’. Creo que Kasztner hubiera
sacrificado a mil o a cien mil de los de su propia sangre para lograr su
objetivo político. Él no estaba interesado en los judíos viejos o aquellos que
se habían asimilado en la sociedad húngara. En cambio, era increíblemente
persistente en tratar de salvar la sangre judía biológicamente valiosa, es
decir, material humano que fuera capaz de reproducirse y trabajar duro. Y ya
que Kasztner nos rindió un gran servicio ayudándonos a mantener en calma los
campos de deportación, yo dejé que sus grupos escaparan. Después de todo, no me
preocupaban pequeños grupos de unos mil judíos.”[7]
la Organización
Sionista Mundial a lo largo de todo el periodo nazi: la
santificación de la traición a una mayoría en interés de una inmigración
selecta a Palestina.»[14]
Durante el verano boreal de 1944, Kasztner en
repetidas ocasiones se reunió con Adolf Eichmann, quien era el encargado de
deportar a 437 mil almas de la comunidad judía de Hungría a Auschwitz en la Polonia ocupada. Ambos
llegaron a un acuerdo para que unos 1684 judíos especialmente seleccionados por
Kasztner se salvaran mediante un rescate de 1.000 dólares por cabeza. Entre
ellos cabe mencionar a: el rabino Joel Teitelbaum (1887-1979), el escritor Béla
Zsolt (1895-1949, el psiquiatra Léopold Szondi (1893-1986), el cantante de
ópera Dezső Ernster (1898-1981), el artista István Irsai (1896-1968), otros
destacados intelectuales, científicos, líderes religiosos (un total de 44
rabinos) y cuadros de la juventud sionista, los familiares de Kasztner, y una
rica familia de Budapest entre cuyos integrantes se encontraba el adolescente
de 16 años Peter Munk (nacido en 1927), hoy dueño de la compañía canadiense
Barrick Gold que monopoliza el 80% del oro mundial.[2]
Rezső Kasztner |
Kasztner prometió a la SS que no pondría sobre aviso a los húngaros
judíos para no poner en peligro las negociaciones que permitirían la salida del
llamado “tren Kasztner” con destino a Suiza. Por esa razón una gran cantidad de
dinero, oro y diamantes de la comunidad judía de Hungría se repartió entre los
oficiales involucrados de la SS
y el propio Kasztner.
Entonces Kasztner emigró a Palestina y en 1952,
gracias a sus relaciones con Ben Gurion, se convirtió en el vocero del
Ministerio de Comercio e Industria del flamante Estado de Israel. Pero apenas
un año después, fue acusado de colaborar con los nazis (entre ellos Adolf
Eichmann), a través de un panfleto escrito por Malchiel Gruenwald (1881-1958),
un periodista aficionado. El tumulto que generó la publicación obligó al
gobierno israelí a llevar a juicio a Kasztner pero confiando que la acusación
sería fácilmente desbaratada. Sin embargo no fue así.
Durante el juicio se comprobó, por ejemplo, algo
desconocido hasta ese momento: Kasztner había salvado con su testimonio de
“buena fe” la vida de Kurt Becher,[4]
un alto oficial de las SS durante el Juicio de Nuremberg. De 1944 a 1945, Becher había
embolsado grandes sumas de dinero, joyas y metales preciosos, en un valor
estimado de 8.600.000 francos suizos, provenientes de bienes incautados a los
judíos de Hungría, una parte de los cuales viajaban con él en seis gigantescas
maletas a las que se conocía como el “Banco Becher”. El historiador judío
Yehuda Bauer (1926) acredita que una parte importante de las riquezas
acumuladas por Becher fueron provistas por el Comité de Ayuda y Rescate para el
“tren Kasztner”.[5]
En cuanto a la acusación de que Kasztner había sido una
pieza clave en salvar al nazi Kurt Becher de la condena, el juez israelí Benjamin
Halevi sentenció: “Queda claro que la
recomendación positiva de Kasztner, no sólo en su propio nombre sino en el de la Agencia Judía y el
Congreso Mundial Judío, fue de importancia decisiva para Becher. Kasztner no
exageró cuando afirmó que Becher fue liberado por los Aliados como consecuencia
de su intervención personal. Las falsedades en la declaración jurada de
Kastner, y las contradicciones y los variados pretextos que demostraron ser
falsos, fueron suficientes para anular el valor de sus afirmaciones y para
probar que no existió buena fe en su testimonio a favor de este criminal de
guerra alemán. La declaración jurada de Kasztner en favor de Becher fue una
declaración jurada intencionalmente falsa emitida en favor de un criminal de
guerra para salvarlo del juicio y castigo en Nuremberg.”[6]
«Eichmann describe a Kasztner de la siguiente manera:
Kurt Becher con
su uniforme de Standartenführer de las SS |
André Biss, un primo de Joel Brand[8]
que trabajó con Kasztner en Budapest y que apoyaba su política, corroboró sin
embargo parte de las afirmaciones de Eichmann en su libro A Million Jews to Save [Un millón de judíos por salvar], cuando
describía a quienes tomaron el célebre tren que llegó a Suiza el 6 de diciembre
de 1944[9]:
“Entonces llegó el grupo
más numeroso, el orgullo de Kasztner, los jóvenes sionistas. […] La
madre de Kasztner, sus hermanos y otros miembros de su familia provenientes de
Klausenburg [Kluj] estaban entre los pasajeros.”[10] […]
El 3 de marzo de 1957 Kasztner murió tiroteado. Zeev
Eckstein[11] fue
declarado culpable del asesinato y, a partir de su confesión, Joseph Menkes y
Dan Shemer fueron acusados de complicidad en el crimen. […] El 17 de enero de
1958, el Tribunal Supremo comunicó su decisión en el caso Kasztner-Gruenwald.
Por unanimidad, el Tribunal dictaminó que Kasztner había cometido perjurio en
beneficio del coronel Becher. Después, por 3 votos contra 2, decretó que su
actuación durante la guerra no podía ser legítimamente considerada como
colaboración. […] Que un sionista traicionara a los judíos no tendría mayor
relevancia —ningún movimiento es responsable de sus renegados—, sino fuera
porque Kasztner nunca fue considerado un traidor por los laboristas sionistas.
Por el contrario, estos insistían en que si él era culpable, también ellos lo
eran. Pese a la opinión del juez Chesin,[12]
no hay duda de que Kasztner traicionó a los judíos, que veían en él a uno de
sus líderes:
“No hay ley, nacional o
internacional, que exonere a un dirigente de sus obligaciones para con aquellos
que confían en su liderazgo y siguen sus instrucciones en una hora de
emergencia.”[13]
En todo caso, el aspecto más importante —con
diferencia— del affair
Kasztner-Gruewald fue quien expuso a las claras la filosofía de trabajo de
[1] Rezső Kasztner (1906-1957), nació en Kluj,
por entonces el Imperio Austro-Húngaro. Desde joven ingresó en el Mapai, el
partido sionista laborista de Ben Gurion.
[2] Munk es miembro honorario del Jewish
National Fund (Fondo Nacional Judío), una agencia del Estado de Israel acusada
por organizaciones de derechos humanos de usurpar las tierras y los derechos
del pueblo palestino a través de programas de demolición, deforestación, etc.).
Véase
“David Cameron resigns as patron of the Jewish National Fund” http://www.guardian.co.uk/politics/2011/may/29/david-cameron-resigns-patron-jnf
[4] Kurt Andreas Ernst Becher (1909-1995) fue un Standartenführer
(coronel) de las SS y comisario de todos los campos de concentración alemanes
por orden de Heinrich Himmler, y también el jefe del Departamento Económico del
Comando de las SS en Hungría durante la ocupación alemana en 1944. Con
anterioridad, Becher había sido mayor de las SS en Polonia y Rusia, como parte
de las SS-Totenkopfverbände, que habían perfeccionado las técnicas en la
matanza de los judíos. Después de la guerra, Becher se convirtió en un próspero
hombre de negocios en Bremen. Fue presidente de muchas empresas, incluyendo la Colonia-Handel
Gesellschaft , que realizó importantes negocios con el
gobierno israelí, como lo denuncia Ben Hecht:1961, p. 84. En 1960 se lo
consideraba uno de los hombres más ricos de Alemania Occidental, con activos
estimados en $ 30 millones de dólares estadounidenses (aunque muy probablemente
tenía mucho más). Murió rico y sin problemas.
[5] Véase Y. Bauer, Jews for Sale: Nazi-Jewish Negotiations, 1933-1945. New Haven, CT:
Yale University Press, 1994.
[6] Ben Hecht:1961, pp. 112-114.
[7] Adolf Eichmann, “I
Transported Them to the Butcher”, Life (December
1960), p. 4.
[8] Joel Brand (1906-1964), un húngaro judío
descrito por el historiador Yehuda Bauer como un aventurero valeroso que se
sentía como en casa en “conspiraciones encubiertas y círculos de jugadores”.
[9] Previamente, en agosto de 1944, ya
habían arribado a Suiza 318 húngaros judíos del total de 1684.
[10] Andre Biss, A Million Jews to Save. London: Hutchinson & Co, 1973, pp.
92-4.
[11] Zeev Eckstein por entonces tenía 24 años.
Hoy permanece en prisión cumpliendo su condena a perpetuidad.
[12] Se refiere al juez israelí Shlomo Chesin,
uno de los tres que permitieron la absolución de Kasztner.
[13] Ben Hecht:1961, p. 272.
[14] Lenni Brenner:2011, pp. 408-417.