«Fueron los británicos, y no los sionistas, quienes
determinaron la política de inmigración para Palestina combinando distintos
factores políticos, como el estudio de la reacción de los árabes y los cálculos
—relativamente objetivos— referidos a la capacidad de absorción de la economía
judía. Cada año se fijaba una cuota y los precisos certificados de inmigración
eran entregados a la WZO. Siempre
hubo un criterio político respecto a los posibles inmigrantes; así, los
comunistas siempre fueron excluidos […] No obstante, a los capitalistas con más
de 1.000 libras
se les permitía siempre la entrada, incluso por encima de la cuota. […]
El sionismo se convirtió en una utopía de hombres recios
que mejoraban la imagen que se tenía del judío, pero que no intentaba resolver
ninguno de los problemas de las masa judías den Europa. […]
“Los crueles requisitos del sionismo”
La semana de terror contra los judíos desatada por la
victoria de los nazis en las elecciones de marzo de 1933
había conducido a miles hasta la
Oficina de Palestina en Berlín, pero todavía no existía el
deseo de convertir a Palestina en un refugio genuino. La emigración tenía que
continuar para servir a las necesidades del sionismo. Sólo se querían jóvenes
saludables, cualificados y comprometidos con el sionismo. Los pioneros alemanes
del Hechalutz
declararon que una emigración sin restricciones era “un crimen sionista”.
Enzo Sereni, por entonces emisario del sionismo laborista en Alemania, expresó
el criterio de los suyos:
“Incluso en esta hora difícil debemos asignar la
mayoría de los 1.000 certificados de inmigración a los pioneros. Esto puede
parecer cruel, pero incluso si los británicos entregaran 10.000 certificados en
lugar de los 1.000 que nos están dando ahora, todavía diríamos: Dejad que vayan
los jóvenes porque, aun cuando sufren menos que los viejos, están mejor
preparados para la tarea de Palestina. Los hijos más tarde podrán traer a sus
padres, pero no a la inversa.”
Weizman estuvo a cargo de la supervisión general de la
emigración desde Alemania entre 1933 y 1935, cuando resultó elegido por segunda
vez presidente de la WZO. Su
informe de enero enumeraba algunos de los parámetros utilizados para la
elección de inmigrantes potenciales. Aquellos que tenían “más de treinta años,
que no poseen capital ni habilidades especiales no pueden ser absorbidos en
Palestina, a menos que surjan oportunidades específicas para llevar a cabo el
mismo trabajo que hacían en Alemania”. […]
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Estampilla
israelí de 1978 conmemorativa del sionista laborista Berl Katznelson |
En 1933, Berl Katznelson,
entonces editor del diario Davar —de la Histadrut—,
reflejaba esa mentalidad: “Sabemos que no
somos capaces de transferir a todos los judíos de Alemania y que habremos de
elegir según los crueles requisitos del sionismo”. En 1935, Moshe Sharett
(Shertok) declaró nuevamente que las circunstancias los obligaban a tratar a
los judíos de la diáspora con “una grado de crueldad”.»
Y Berl Katznelson, aliado inflexible de Ben Gurion, tiene
una frase que define al sionismo como lo que fue, es y siempre será: “… la
empresa sionista es una empresa de conquista.»
Y todo lo que es conquista, guerra e imperio, es fascista y es sionista.