Escribe el profesor argentino Saad Chedid (1929),
director de
la Editorial Canaán
de Buenos Aires: «… nuestra lucha debe distinguirse con toda claridad, debe ser
una lucha contra el imperialismo y el colonialismo, provengan de donde
provengan, una lucha contra la injusticia como la que llevaron a cabo Juan D. Perón
y Evita, una lucha contra todo tipo de discriminación, la realice quien la
realice, cualesquiera que fueren. Y en ello nos sirve, también, el muy poco
conocido y recordado Bernard Lazare,
cuya generosa solidaridad y también valentía para enfrentar, desde su condición
de judío, las amenazas y las iras de quienes querían a toda costa condenar,
fraudulenta y arbitrariamente al capitán Alfred Dreyfus, así como su renuncia a
enrolarse en las filas del sionismo de los seguidores de Teodoro Herzl que,
quizá, le valieron este anonimato en el que ha caído su nombre, porque quiso
ser solidario con un ser humano injustamente acusado, porque así quiso ser
considerado y respetado en su propia patria, Francia. Y así se pronunció con
sinceridad y clara conciencia de lo que denunciaba frente a sus críticos, de un
lado y de otro, y muy especialmente a los de la propuesta sionista:
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Bernard Lazare |
“Ir a Sión para ser
explotado por el judío rico, ¿cuál es la diferencia con la situación actual? Esto
es lo que ustedes nos proponen: la alegría patriótica de no estar ya oprimidos
más que por los de la misma raza; no queremos nada de esto. El judío que hoy
dice ‘Soy nacionalista’ no dice de una manera especial, precisa y clara: ‘Soy
un hombre que quiere reconstruir un Estado judío en Palestina y que sueña con
conquistar Jerusalén’. Dice: ‘Quiero ser un hombre plenamente libre, quiero
gozar del sol, quiero tener mi dignidad de hombre. Quiero librarme de la
opresión, de la infamia, del desprecio que se quiere hacer que pese sobre mí.
Ustedes quieren enviarnos a Sión. Nosotros no queremos ir. Es en el vasto mundo
donde está nuestra acción, nuestro espíritu. Es allí donde queremos quedarnos
sin abdicar de nada, sin perder nada.”»
En marzo de 1899, Lazare escribió a Herzl y por
extensión al Comité de Acción Sionista de Viena:
“Ustedes
son burgueses en pensamientos, burgueses en sentimientos, burgueses en ideas,
burgueses en vuestra concepción de la sociedad. El ‘sionismo de Lazare’ no es
nacionalista, ni aboga por la creación de un Estado, sino más bien es un ideal
de emancipación y de organización colectiva de los proletarios judíos.”