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Estampilla
israelí de 1978 conmemorativa del sionista revisionista Abraham Stern. |
El sionista revisionista Abraham ‘Yair’ Stern
(1907-1942) vivió un tiempo en
la
Italia de Mussolini donde se nutrió profundamente de la
ideología del fascismo:
«En febrero de
1934, mientras estudiaba en Florencia, Italia, organizó la rama revisionista
local buscando reclutas en el partido fascista.»
«La resuelta creencia de Stern en que la única
solución a la catástrofe judía era el fin del dominio británico en Palestina,
llevaba a una conclusión lógica: ellos no podían derrotar a los británicos con
su propias y débiles fuerzas, de manera que buscaron como salvación a los
enemigos de los británicos. Así, entraron en contacto con un agente italiano en
Jerusalén, un judío que trabajaba para la policía británica, y en septiembre de
1940 redactaron un acuerdo por el que Mussolini reconocería a un Estado
sionista a cambio de la cooperación del grupo de Stern con el ejército italiano
cuando el país fuera invadido. La seriedad de estos contactos entre Stern y el
agente italiano ha sido objeto de debate. Stern temía que el acuerdo pudiera
ser parte de una provocación británica.
Como medida de precaución, Stern envió a Naftali Lubentschik a Beirut, que aún
estaba controlada por el régimen de Vichy, para negociar directamente con el
Eje.
El documento que
acredita la solicitud de colaboración
con los nazis por parte de la banda
terrorista
sionista de Abraham Stern (enero de 1941).
Nada se sabe sobre las negociaciones con Vichy ni con los italianos, pero
en enero de 1941 Lubentschik se vio con dos alemanes, Rudolf Rosen y el
filosionista Otto von Hentig, que entonces era jefe del departamento de Oriente
del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán. Después de la guerra, se descubrió
en los archivos de la embajada alemana en Turquía una copia de la propuesta de
Stern para sellar una alianza entre su movimiento y el Tercer Reich. El
documento de Ankara llevaba por título “Propuesta de la Organización Militar
Nacional (Irgún Zvaí Leumí, NMO
por sus siglas en inglés) relativa a la solución de la cuestión judía en Europa
y la participación de la NMO
en la guerra al lado de Alemania”. (El documento está fechado el 11 de enero de
1941. En ese momento los seguidores de Stern todavía se consideraban el
“verdadero” Irgún, y fue sólo más tarde cuando adoptaron el apelativo de
Luchadores por la Libertad
de Israel) [Lohamei Herut Yisrael]
En ese documento el grupo de Stern les decía a los nazis:
“La evacuación de las masas judías de Europa es una
condición previa para resolver la cuestión judía; pero esto sólo puede hacerse
mediante el asentamiento de estas masas en el hogar del pueblo judío,
Palestina, y mediante el establecimiento de un Estado judío en sus fronteras
históricas. […] La NMO, que está al corriente de
la buena voluntad del gobierno del Reich alemán y de sus autoridades respecto a
la actividad sionista dentro de Alemania y respecto a los planes sionistas de
emigración, opina que:
1. Pueden existir intereses comunes entre el
establecimiento de un Nuevo Orden en Europa, en conformidad con el concepto
alemán, y las verdaderas aspiraciones nacionales del pueblo judío tal como son
encarnadas por la NMO.
2. Es posible la cooperación entre la nueva Alemania y
un renovado hebraísmo nacional-volkista.
3. El establecimiento del Estado judío histórico sobre
una base nacional y totalitaria, y ligado mediante un tratado al Reich alemán,
iría en interés de una posición de poder alemana fuerte y prolongada en el
Cercano Oriente.
De estas consideraciones se deriva que la NMO en Palestina, con la
condición de que las arriba mencionadas aspiraciones del movimiento israelí por
la libertad sean reconocidas por parte del Reich alemán, se ofrece a tomar
parte activa en la guerra del lado alemán. […]
La participación indirecta del movimiento israelí por
la libertad en el Nuevo orden en Europa, que ya está en marcha, estaría
vinculada a una solución verdaderamente radical del problema judío en Europa,
en conformidad con las antes mencionadas aspiraciones nacionales del pueblo
judío. Esto fortalecería enormemente el fundamento moral del Nuevo Orden a ojos
de toda la humanidad. […] La NMO
está estrechamente relacionada con los movimiento totalitarios de Europa en su
ideología y estructura.”
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Natan Yalin-Mor,
enlace del Irgún con los nazis. |
Lubentschik le dijo a von Hentig que, aunque los nazis
se mostraran políticamente reacios a establecer de inmediato un Estado sionista
en Palestina, los seguidores de Stern trabajarían provisionalmente conforme al
plan Madagascar. La idea de levantar colonias judías en la isla había sido una
de las ocurrencias más exóticas de los antisemitas europeos en los años
anteriores a la guerra y, con la derrota de Francia en 1940, los alemanes la
reactivaron como parte de su sueño de un imperio alemán en África. Stern y su
movimiento habían debatido el plan nazi de Madagascar y decidieron que debían
apoyarlo, igual que Herzl había respaldado inicialmente la oferta británica de
1903 para crear una colonia judía provisional en las tierras altas de la actual
Kenia.
Aunque los alemanes no dieron continuidad a las insólitas propuestas de Stern y
sus acólitos, éstos no perdieron esperanza. En diciembre de 1941, luego de que
los británicos hubieran tomado Líbano, Stern envió a Nathan Yalin-Mor para
tratar de contactar con los nazis en la Turquía neutral, pero fue arrestado en el camino.
Ahí acabaron los intentos de contacto con los alemanes. […] Stern había visto
cómo la WZO se
entendía con el nazismo por medio del acuerdo Ha’avara; había visto a Jabotinsky involucrarse con la Italia fascista; y había
estado personal y estrechamente vinculado con los tratos de los revisionistas
con los polacos antisemitas. Sin embargo, Stern creía que todo esto eran tan
sólo medias tintas. Stern pensaba que los sionistas, y los judíos por
extensión, habían traicionado a Mussolini, y no a la inversa.
Afiche de las
autoridades británicas en Palestina de principios de la década de 1940 donde se
identifica a los principales jefes terroristas del Irgún, entre ellos Menajem
Beguin (señalado con un círculo), Itzhak Shamir y Natan Yalin-Mor, buscados con
sentencia de pena de muerte por provocar atentados contra civiles y militares.
El sionismo tenía
que demostrar al Eje que su apuesta era seria, y el medio de lograrlo pasaba
por entrar en directo conflicto militar con Gran Bretaña, de manera que el
bloque totalitario pudiera ver potenciales ventajas militares en su alianza con
el sionismo. Para vencer, sostenía Stern, tenían que aliarse tanto con los
fascistas como con los nazis: no se podía entrar en negociaciones con Petliura
y Mussolini y luego rechazar a Hitler. ¿Conocía Yitzhak Yzertinsky —o Rabbi
Shamir, si empleamos su nom de guerre
clandestino—, actual ministro de Asuntos Exteriores de Israel,
la propuesta de confederación con Adolf Hitler defendida por su movimiento? En
años recientes, las actividades de la Banda
Stern durante la guerra han sido investigadas a fondo por Baruch
Nadel, uno de los jóvenes que se unieron al grupo en el período de posguerra,
cuando éste ya había abandonado su postura pronazi. Nadel está absolutamente
convencido de que Yzertinky-Shamir estaba por completo al tanto del plan de
Stern: “Todos los conocían”.
Cuando Shamir fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores, la opinión
internacional se centró en el hecho de que el primer ministro Menajem Beguin
hubiera seleccionado para el cargo a alguien que había organizado dos célebres
asesinatos: el de Lord Moyne, ministro residente británico para Oriente Medio,
el 6 de noviembre de 1944; y el del conde Folke Bernadotte, mediados de las
Naciones unidas para Palestina, el 17 de septiembre de 1948. La inquietud por
su pasado terrorista oscureció la aún más grotesca idea de que un aliado en
potencia de Adolf Hitler pudiera ascender al liderazgo del Estado sionista.
Cuando Beguin designó a Shamir, y también cuando homenajeó a Stern con la
emisión de sellos postales con su retrato, lo hizo teniendo pleno conocimiento
de sus respectivos pasados. No hay mejor prueba de que la herencia de la
colusión sionista con fascistas y nazis, y la filosofía subyacente, atraviesan
el Israel contemporáneo.»