Las investigaciones que se han llevado a cabo en los últimos treinta años por especialistas y académicos como Lenni Brenner,y últimamente por Andrea Giacobazzi, han permitido trazar con bastante precisión las íntimas relaciones que existieron entre los jerarcas e ideólogos del sionismo con la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini.
|
Lenni Brenner
presentando su libro “51 documentos: Colaboración sionista con los nazis” en
2002 |
|
El profesor
Andrea Giacobazzi en una conferencia en Teherán (República Islámica de Irán) a
principios de octubre de 2011 |
He aquí un anticipo del material que se desarrolla en este espacio:
|
Chaim Weizmann
|
«¿Quién dijo ante un auditorio en Berlín,en marzo de 1912, que “cada país puede absorber solamente un número limitado de judíos, si no quiere desórdenes en su estomago. Alemania ya tiene demasiado judíos?” No, no fue Adolf Hitler, sino Chaim Weizmann (1874-1952), futuro presidente de la Organización Sionista Mundial y futuro presidente del Estado de Israel.
¿Y dónde se puede encontrar la siguiente afirmación, acuñada originalmente en 1917 pero aún republicada en 1936?: “El judío es una caricatura de un ser humano normal, natural, tanto física como espiritualmente. Como individuo en sociedad se rebela contra todos los arneses de las obligaciones sociales, no conoce el orden ni la disciplina.”[4] No se publicó en el semanario nazi
Der Stürmer,
[5] sino en el órgano oficial de la organización juvenil sionista Hashomer Hatzair.
[6] Como revelan estas declaraciones, el propio sionismo alentó y sacó partido del odio hacia los judíos de la diáspora. Partía de la base de que el antisemitismo era inevitable y, en cierto sentido, justificable mientras los judíos permanecieran lejos de la tierra de Israel».
[7]
Grupo de la Hashomer Hatzair en Lituania (1925)
En su charla con Balfour
[8], en 1914, [Weizmann] fue aún más allá, confesándole que:
“… también estamos de acuerdo con los antisemitas culturales, en tanto creemos que los alemanes de fe mosaica son un fenómeno indeseable, desmoralizante.”[9]
En 1934, Jabotinsky y su movimiento juvenil sionista revisionista habían hecho una alianza concreta con Il Duce, cuando al Betar le fue permitido cursar en la academia naval de Civitavecchia, un puerto del mar Tirreno que queda a 80 kilómetros al noroeste de Roma… «al mismo tiempo que los laboristas sionistas recibían como huésped en Palestina a Adolf Eichmann y ofrecían sus servicios de espionaje a las SS.»
[10]
El investigador norteamericano Lenni Brenner habla de las relaciones entre el movimiento sionista y los fascismos de entreguerras.
Fragmentos de la entrevista a Andrea Giacobazzi al respecto de su libro:
El Eje Roma - Berlín - Tel Aviv
[7] Edward Mortimer, “A modo de introducción: Contradicción, colusión y controversia”, en Lenni Brenner, Sionismo y Fascismo: El sionismo en la época de los dictadores. Buenos Aires, Editorial Canaán, 2011, p. 13.
[8] Arthur James Balfour (1848-1930), primer ministro (1902-1905) y canciller (1916-1919) británico, coautor junto a Lionel Walter Rothschild (1868-1937) de la Declaración Balfour, publicada el 2 de noviembre de 1917, en la que el Reino Unido se declaraba favorable a la creación de un hogar nacional judío en el Mandato Británico de Palestina.
[9] Chaim Weizmann a Ahad Ha’am, en Leonard Stein (ed), The Letters and papers of Chaim Weizmann, Letters, vol. VII. London: Oxford University Press, 1975, p. 81. Citado en Lenni Brenner:2011, p. 70.
[10] Lenni Brenner:2011:, p. 287.